La Electro Estimulación se ha usado por cientos de años como un tratamiento eficaz para el alivio de dolores crónicos. En muchas ocasiones el dolor se debe al atrofiamiento de las terminaciones nerviosas aún cuando no exista un daño aparente en el tejido alrededor de las mismas.
Existen dos tipos de aparatos, TENS (Electro Estimulador Nervioso) y el EMS (Electro Estimulador Muscular), que se utilizan comúnmente para la aplicación de terapias. Como sus nombres lo indican, uno se enfoca en la estimulación de las terminaciones nerviosas mientras que el otro estimula el tejido muscular. Ambos lo hacen a través de ciclos de relajación y contracción para ayudar al tratamiento de inflamaciones y rehabilitación de los músculos.
Las corrientes o pulsos emitidos por el TENS se generan en frecuencias que oscilan entre los 1 y 150 Hz. Asimismo se generan con una intensidad de hasta 80 mA. Este tipo de corriente estimula la producción de endorfinas en el cuerpo. Estas a su vez, ayudan a eliminar toxinas y mitigar o enmascarar el dolor. Las bajas frecuencias utilizadas se enfocan en el dolor pues afectan las fibras sensoriales sin estimular las motoras. Al aliviarse el dolor se produce en consecuencia una mayor relajación muscular.
Algo que se critica de éstas técnicas es que su efecto terapéutico se produce sólo mientras se aplica la corriente eléctrica. Sin embargo, el propósito de estas terapias es que las endorfinas y eliminación de toxinas tengan un efecto cada vez más duradero. Con ello se busca entonces poder espaciar cada vez más el intervalo entre las aplicaciones eléctricas y producir un alivio más prolongado para el paciente.
La forma de la onda eléctrica producida por el EMS difiere un poco de la generada en modo TENS. Por lo general son corrientes de bajo voltaje emitidas en frecuencias de entre 1 y 150 Hz con una intensidad de 80 a 100 mA. Como se mencionó, el EMS genera ciclos de impulsos eléctricos que provocan contracción y relajación muscular. Estos ciclos producen un incremento en el flujo sanguíneo en la zona estimulada y con ello un incremento en la cantidad de oxígeno y nutrientes disponibles para los tejidos. Las terapias con EMS se enfocan en el tratamiento de atrofia muscular, rehabilitación después de una parálisis o simplemente incrementar el rango de movimiento.
Muchos pacientes que sufren de dolores crónicos utilizan una combinación de terapias TENS y EMS para obtener mejores resultados. En gran parte de los casos, un mejor tono y fuerza muscular ayudan a disminuir los niveles de dolor.
Cabe mencionar que es importante utilizar estos aparatos bajo supervisión médica. De esta forma se podrá determinar el espaciamiento necesario de las terapias y aprender el correcto posicionamiento de los electrodos.